miércoles, 11 de junio de 2008

CHICAS MALAS







Las "chicas malas" pueden enseñarnos un par de cosas al resto de las mujeres.

Cómo descubrir a una chica mala.

Las chicas malas beben champán y combinados, no cerveza jerez o agua mineral.

Las chicas malas prefieren vestidos pegados al cuerpo, tops escotados, tacones altos, medias negras de malla, seda y cuero.

Las chicas malas son pelirrojas, rubias o morenas, llevan las uñas y la boca pintadas de rojo vivo.

O sea, como Mae west, Rita Hayworth, Ava Gardner.

( Pero las chicas más malas tienen el pelo de un castaño insípido).

Las chicas malas lucen pantalones ceñidos, sandalias de tacón alto, pañuelos de seda en la cabeza y gafas de sol para ir al mercado.

Por las noches se ponen un esmoquin negro y una estola de zorro plateado.

Las chicas malas están en contacto con su arpía interior porque pasean a sus dobermans con collares de cuero negro con brillantes falsos incrustados.

Las chicas malas viajan a las Vegas con la Visa oro de su ex que todavía lleva su nombre.

Son apasionadamente leales a sus amigas. Son capaces de matar a quienes rompan el corazón de sus amigas del alma.

Tienen su propio astrólogo. Saben que un cuerno de la luna no es necesariamente algo que te pone el marido.

Las chicas malas escuchan a Billie Holiday.

Saben de la importancia de depilarse a la cera periódicamente.

Las chicas malas ejercitan unos músculos que el resto de nosotras ni siquiera sabemos que tenemos.

Las chicas malas huelen a perfume caro y nunca salen de casa sin unos pendientes fabulosos.

Leen a Nietzsche y saben pronunciar el nombre de Goethe.

Las chicas malas utilizan boquilla; las chicas realmente malas asisten a cenas donde sólo se fuman puros.

A las chicas malas les gusta disfrazarse: se presentan como madres perfectas, gélidas princesas y bibliotecarias.

Las chicas malas son apasionadas mientras que el resto del mundo se muestra frío.

Prefieren el oro a la plata.

Enseñan el ombligo pero nunca el alma.

Las chicas malas hacen el amor sobre sábanas de Ralph Lauren.

Las chicas malas nunca se casan por amor, motivo por el que cambian tan a menudo de apellido.

Las chicas malas saben que no se trata de las cartas que te den, sino de la habilidad con que sepas jugarlas.

Tienen en nómina a un corredor de apuestas, un asesor financiero y un abogado.

Las chicas malas envían sustanciosos cheques para buenas causas y nunca se molestan en desgravar la cantidad que donan.

Las chicas malas no sólo quieren divertirse, sino que hacen todo lo posible para conseguirlo.

Las chicas malas viven según la filosofía del placer personal.

La mayoría de nosotras sólo somos chicas malas en nuestros sueños.

Pero existe cierto patrón en el estilo de vida de las chicas malas que merece ser analizado.

Las chicas malas compran los que les apetece comprar, comen lo que desean comer, se visten como quieren, duermen cuando les apetece.

Las chicas malas no acuden al psicólogo porque no lo necesitan.

En su lugar, tienen amas de llaves y masajistas.

Las chicas malas saben que esto no es un ensayo general.

La vida real es lo que tú quieres que sea.

Puedes ser mala. Puedes ser buena. Pero procura ser feliz.
( S. B. Brehnats)

¿ No me digas que no te revoluciona el cuerpo leer esto?

Hay cosas de las chicas malas que no van conmigo, pero hay otras que me resuenan mucho.

Porque un poquito de chica mala, esta grabado muy dentro de nosotras.

Venga, seamos un poquito malas, esto es puro instinto de mujer.

Nadie se va a dar cuento. O sí.

Gritemos ahora que nadie nos oye:

¡¡¡ QUIERO SER CHICA MUY PERO QUE MUY MALA!!!

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