La gratitud es la llave de la plenitud total.
Consigue que lo que tenemos nos baste y nos sobre.
Convierte la negación en aceptación, el caos en orden, la confusión en claridad.
Puede hacer de una comida un festín, de una casa un hogar, de un desconocido un amigo.
La gratitud da sentido a nuestro pasado, trae la paz al presente y crea perspectivas de futuro.
Antes de cambiar nada en nuestra vida, debemos reconocer que así es como debe ser ahora mismo: " Gracias, tú me guias, yo te sigo".
He aprendido que cuando me rindo a una situación determinada, cuando dejo de resentirme y acepto y agradezco, mi alma se aquieta.
De repente soy capaz de recibir toda la bondad y plenitud que me rodea, porque la aceptación y la gratitud trae consigo alivio y liberación.
Podemos dejar de esperar que la vida sea perfecta y empezar a agradecer y trabajar con lo que tenemos para hacerla tan satisfactoria como sea posible.
Invita a una amiga a comer, empieza e leer e incluso a escribir una novela, organiza tus papeles, prueba una receta nueva en la cena, sonríe a todo el mundo con quien te cruces, siéntate y sueña ante un fuego crepitante, vuelve a coger el bordado.
Actúa como si estuvieras AGRADECIDA POR ESTAR VIVA.
Amedida que te centras en la plenitud y no en las carencias de tu vida, irás gestando un maravilloso proyecto de futuro. Esta sensación de plenitud es obra de la gratitud, que convierte tus sueños en realidad.
Cuando sientes gratitud por tu vida, emprendes el viaje porque posees una fe completa en la realidad.
Sabes que la magia se realizará sin importar dónde, cuándo y con quién.
Sabes que el lugar donde llegues será el lugar.
Sabes que las cosas llegan en el momento debido y que hace falta vivir constantemente el instante y estar lleno de valentía.
Con tal estado del espíritu de agradecimiento se tiene unaa fe completa de que todo sucederá con ventura.
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