Este poema fue escrito en 1911 por el poeta griego Constantina Cavafy.
Esta exquisita canción de aliento a los viajeros que emprenden un viaje de autodescubrimiento se lee con frecuencia como elegía.
Pero " Ítaca" es todavía más intenso cuando se convierte en una afirmación personal de nuestro viaje por la vida real.
" Al partir en busca de Ítaca,
ruega que tu viaje sea largo,
lleno de aventuras, lleno de despertares.
No temas a los monstruos de antaño...
no los encontrarás en tus viajes
si tus pensamientos son elevados y así permanecen,
si pasiones auténticas agitan tu mente, tu cuerpo y tu
espíritu.
No encontrarás monstruos temibles
si no los llevas dentro de tu alma,
si tu alma no los coloca frente a ti.
Ruega que tu viaje sea largo,
lleno de mañanas de verano
en que con mucho placer y mucho gozo
eches el ancla en puertos que no habías visto;
curiosea en mercados fenicios,
para comprar tesoros exquisitos
madreperla y coral, ébano y ámbar
y toda suerte de perfumes sensuales
tanto como desees.
Visita muchas ciudades egipcias, content@
de sentarte a los pies de los sabios, ansios@
y dispuest@ a recibir el saber.
Ten Ítaca siempre presente.
Tu llegada allí es tu destino.
Pero no te des prisa en tu viaje; sé paciente.
Mejor que dure muchos años,
más tiempo del que puedas imaginar.
Para que finalmente, cuando llegues a esta
isla sagrada, seas una persona sabia,
realizada abundantemente por todo lo que hayas ganado
por el camino;
ya sin esperar que Ítaca te enriquezca,
ya sin necesitar que Ítaca te enriquezca.
Ítaca te ofreció el viaje profundo,
la oportunidad de descubrir a la persona que siempre has sido.
Sin Ítaca como inspiración,
nunca hubieras partido en busca de plenitud.
Y si la encontraras pobre, Ítaca no te engañó.
Auténtic@ como eres ahora, llena de sabiduría,
belleza y gracia, enriquecid@ e iluminad@ por todo lo que
has experimentado
finalmente comprenderás lo que en verdad significan
todas las Ítacas de la vida.
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