Hace unos años, el hombre mas viejo del mundo era un zapatero menorquín que llegó a cumplir 114 años. En una entrevista le preguntaban : ¿ Y usted cómo ha llegado a vivir tanto tiempo...?" Hombre... -decía- pues no recuerdo haber tenido un dolor de cabeza, soy amante de poco licor y escasa grasa en las comidas... la verdad, creo que en la vida hay que tener algo de contentamiento".
Qué bonito, pensé. Este hombre sencillo y austero supo cómo vivir la vida.Pues eso, tengamos contentamiento. Estar contentos en la vida. Estar felices. Nos gustaría ser felices. Es lo normal. ¿ Se puede?.
Todos hemos experimentado la dicha y la alegría inmensa ante algún acontecimiento maravilloso y extraordinario. Podríamos hacer un recuerdo de " nuestros maravillosos momentos de gloria". También están los malos, " la colección propia de desgracias" que nos produjeron tanto dolor o sufrimiento.
Siempre he tenido la sensación de que vamos en la vida subidos a una montaña rusa, con el perfil de dientes de sierra. Hoy estás arriba, mañana abajo. Hablo de una forma muy general, sin entrar en detalles. Me refiero a un perfil donde puedo reconocer momentos muy dichosos y momentos muy tristes. Yo me pregunto ¿ y qué hay " en medio" ?
Creo que en medio está la vida, pero la vida " no vivida". La verdadera vida, la sucesión de la infinidad de instantes que componen eso que llamamos vida y que son la inmensa mayoría de instantes que no recordaremos nunca, que no pasarán al catálogo de nuestros magníficos o trágicos momentos. La vida que avanza, que transcurre, a la que no prestamos atención. El tiempo y el espacio automático que conforma el escenario, el fondo permanente de la existencia, que está ahí, pero del que no somos plenamente conscientes.
En qué ocupamos, pues, ese tiempo. Pues en todo. Lo que ocurre es que realmente no estamos en él, no lo vivimos. Estamos donde está nuestra mente, nuestro pensamiento. Puede parecer extraño o difícil de entender pero la realidad no es el pensamiento, lo que pensamos. Y es ahí donde está lo esencial del contentamiento que os hablo.
Cuando pensamos: "¿ Qué me va a hacer feliz en la vida?". Nos vienen a la cabeza un montón de cosas en las que creemos firmemente como vía a la felicidad : yo pienso en dinero o seguridad económica, pareja, relaciones, viajes, conocimiento intelectuales, etc. Y después intentaremos esforzaremos por conseguir algunas de ellas. Y todo ese proceso, es esfuerzo, lucha, incertidumbre, es preocupación de perder las cosas que conseguí.
Y mientras las conseguimos, va transcurriendo la mayor parte de los momentos de la vida de los que no me doy mucha cuenta porque mi mente está puesta en lo que vendrá después, y en los pensamientos sobre las cosas que haré y conseguiré, y en todos los anhelos y deseos para mi vida. Así es como voy funcionando, y de repente digo:"... que rápido pasa el tiempo..."
Y cuando consigo algo, cuánto me dura la felicidad por lo alcanzado, ¿es proporcional al esfuerzo que empleé en conseguirlo? ¿ Sé apreciar de verdad lo conseguido? ¿ Me regocijo en ello, " me doy cuenta" de lo que tengo, o paso rápidamente a la consecución de otro objetivo? Necesito nuevos estímulos, nuevos retos, nuevas metas.
Lo hemos oído muchas veces: la felicidad es interna. También es normal que queramos conseguir paz interior, ¿ verdad ? Pero ¿ cómo? Bueno,creo que una vía es el contentamiento y eso surge en la simplicidad, en el momento, en cada momento, ahora. ¿ Puedo parar? ¿Puedo detenerme? Sí se puede. Pero para qué y por qué. Para poner atención. Para prestar atención a todo lo que ya tengo, a lo que necesito y cómo surge el contentamiento de todo ello.
Nuestra mente bulle y corre rápido para aferrarse a algo. Lo que nos ocurrió o lo que vendrá después. Pero no es tan difícil. SE PUEDE "HACER". No se trata de vivir en una ilusión, todo lo contrario, es intentar "ver lo real". De ahí surge el contentamiento y la paz.
(Javier)
Yo sí creo que se" puede hacer", lo veo cuando lo haces tú una y otra vez, cada día.
ResponderEliminarVivamos " nuestro contentamiento de amigos",gracias.