Aquí os acerco una maravillosa y erotizada poesía de esta gran mujer, ESTIVALIZ ESPINOSA, a la cual me gustaría conocer para darle mis más sinceras gracias por saber pintar con tanta belleza la pasión y el calor, que sientes empieza a brotar de ti al leerla.
Leela y luego me cuentas.
Primero me hace masa.
Como sabe que soy licuefacta
se aprovecha de mi pecho caliente
y añade harina.
Harina muy blanca espolvoreada y candeal,
varios kilos.
Agua de los surcos internos emplumada como el geiser,
varios litros.
Me amasa
mientras yo a dar vueltas y más vueltas.
Y rio desmedida de verme así
abrazada por estas ganas de darme forma y calor
penetrándome
revolviéndome
en la artesa de un deseo artesano por el que me extiendo
como pandemia y alma
que fuese a nutrir un reino de mil hambres.
Y cuanto me place la cubierta de su temperatura animal.
Su fermento
inflándome ionosferas
esponjándome como ave en un paraíso extremo
bajo sus manos.
La levadura crece poderosa como un lobo a oscuras,
a su fermento
polarizo luz.
Un milagro de corteza dorada me sube por el cuerpo arriba
llamándome " pandora, aún estás ardiendo"
y yo humeo de risas y migajas
cuando él tiene a bien retirar cada mano
del farallón de mis pechos
convertidos ya para siempre en pan
EN PAN.
Pues alimentarlo de la totalidad
pan de mí
es para lo que estoy hecha
imperfecta pandora de pan dorado
dueña de la caja de los vientos
que giran y giran en los brazos
de su molino de pan.
Para todo eso
y para que me debore al desayuno
con un poco de leche.
Que tal si nos la aprendemos y se la recitamos al oido y al calor, al panadero de nuestro pan dorado.
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